jueves, 19 de febrero de 2015

Cita inesperada



Hace dos semanas tenía una formación pagada por mi empresa sobre desarrollo personal.Píldoras emocionales, se llamaba.
Para los que os preguntéis, como es que me apunto a estos saraos, os diré que estoy obligada hacer 4 formaciones al año y las que me ofrece la empresa, por el perfil de mi proyecto, no me interesan ninguna lo más mínimo, así que, me a punto a cualquier cosa que no tenga que ver con números.

Llegué motivada,  eso de poder ir en coche sola, cantando como las grecas, no tienen punto de comparación con ir en metro.

A pesar de lai motivación, tenía un poco de miedo,  y si el curso era de esos de levantarse y hacer cosas en plan terapia de grupo?
Cuando llegué a la sala, y vi que mis compañeros de clase eran socios de la empresa y altos cargos... pensé que me iba a acordar del día que se me ocurrió apuntarme a la convocatoria y lo bonica que hubiera estado quietecita. Pero no podía estar mas equivocada, el curso era super interesante, sobre todo lo era por la profesora,  que lo hacía super ameno y participativo, sin necesidad de hacer pasar vergüenza a nadie.

Solo llevaba una hora en la clase (duraba 6) y estaba alucinada con la profesora, no dejaba de pensar que daría algo por tener cerca alguien tan sabio emocionalmente, que sepa poner un ejemplo para cada cosa que quiere enseñarte y encima lo haga de una manera tan divertida.Y eso que todavía estaba por llegar, lo que más me sorprendió de ella y que os cuento a continuación:

Durante un momento de la clase, tratamos el tema de como resolver conflictos con personas con las que no tenemos buena relación.
Una de las asistentes a la formación  (no la conocía de nada porque en mi empresa somos 11.000 personas)  contó que ella había puesto en práctica lo que la profesora aconsejaba, con una compañera, con la que por lo visto tenía muy mala relación, y no sabia porque, su relación aun era peor. Por lo visto, a  la compañera le sentó fatal que quisiera sentarse con ella hablar sobre su relación.

Era más que evidente que el problema no era la técnica, era la actitud de esa persona. Sin estar en la conversación que tuvo con su compañera,  se notaba que había utilizado un tono con esa persona, de superioridad y  condescendencia bastante insoportable.

 ¿Cómo iba a conseguir llevarse mejor con ella, tratándola así?

La profesora intento decirle cosas sutiles como que no siempre conseguimos lo que prendemos, que la vida te pone delante los problemas porque tenemos algo que aprender de ellos y que si te los vuelve a poner, quizá es porque todavía aunque creas que no, tienes mucho que aprender.
Pero ella no lo captaba e insistía una y otra vez.
 No me preguntéis porque, pero a pesar de que tuviera miedo a que le sentará fatal, o que pensarían los mal de mí, conseguí superar mi miedo hablar en publico, y le dí mi opinión.

Le dije, que no era mi intención ofenderla, pero que si yo, que no tenía ningún prejuicio hacia ella, notaba ese tono de superioridad y condescendencia. Su compañera seguro que lo había notado y lógicamente no le había gustado, con lo que era normal que el acercamiento, no hubiera servido para mejorar su relación.

La chica dijo que quizá tenía razón y se callo, la profesora me dio un achuchón y me dijo: Bien visto!

En el descanso, cuando entre en el office, esa compañera estaba de cara a la puerta pero al verme, se cruzo de brazos y me dio la espalda. En ese momento, me paso la profesora y le dije con mi ironía habitual: Ya he ganado una amiga hoy...
 A lo que ella contestó: No, al contrario, tú lo que le has hecho es un favor, diciéndole algo que seguramente nadie se atreve a decirle. Y eso lo has hecho, a pesar de lo que te importa lo que piensen de ti y lo que te afecta caer bien a todo el mundo. Así que , ella aprendió algo y tu diste un gran paso.

Me quedé muerta.  Como podía saber tanto de mí sin conocerme. Se me saltaron las lágrimas, como cada vez que alguien acierta en un sentimiento de los que no muestro.

Cuando más tarde supe que la profesora era coach personal, pensé que aunque nunca me había planteado tener uno, porque me parecen vendedores de humo, pensándolo bien, una persona que había sabido calarme tan bien y tan rápido, podía ayudar muchísimo a encarrilar mi vida profesional y a pulir las cosas de mi personalidad que me impiden evolucionar. Pero... seguro que no podía permitírmelo; es conocida, directora de su empresa, profesora y madre de un adolescente muy enfermo, evidentemente no tiene muchas horas libres, estaba segura que sus precio por sesión debía ser carísimos.

Aun así, no se porque algo me decía que tenía que intentarlo y se me ocurrió una ida, un poco de esas que se ven en las pelis que dices, Dónde va la psicópata esta!?

Y si le ofrecía llevarla al aeropuerto? Si me decía que no, no perdía nada (a parte de la vergüenza que me da que me rechacen) Pero si me decía que sí, podía pasar un buen rato aprendiendo de ella a cambio de un poco de tiempo y gasolina.

Lo hice.  Y le pareció un idea fabulosa.
Comenzó su primera sesión como coach, mientras yo conducía y continuo mientras comíamos en el aeropuerto. Tuve la sensación de conocerla de toda la vida, y hizo que le contara mi vida entera, que os aseguro que tiene mucha tela que cortar, para hacerlo en solo 2 horas. Me dio consejos buenísimos... y quedamos en que me enviaría un presupuesto, lo más ajustado posible, para continuar con las sesiones.

Ya me lo ha enviado y aunque se que me ha rebajado mucho el precio, de momento no me lo puedo permitir. Me daba apuro decírselo, haberle hecho perder tiempo en hacer un presupuesto, tan detallado para terminar diciéndole que no. Ella lejos de molestarse, cuando ha sabido que no puedo contratarla, me ha facilitado gran parte del material que utiliza en sus sesiones, para que lo pueda ir mirando yo sola.

Que suerte he tenido de haberla conocido.

Moraleja:
Nunca dudéis en hacer lo que corazón os diga, podéis acabar invitados a comer por una desconocida interesantísima en un aeropuerto.



lunes, 2 de febrero de 2015

Todavía no estoy loca del todo



Esta entrada la ha inspirado lo que leí en   Tirando pa'lante

Me encantan los bebes. Me parece tiernos, graciosos, miniaturas encantadoras, me fascina la capacidad de sorpresa antes las cosas mas sencillas del mundo y así os podría poner unos cuantos motivos más por los que me encantan los bebes. Pero, lo de los muñecos REBORN me parece enfermizo...

Para los que no sabéis que son, son unos muñecos de silicona que parecen bebes reales.Que cuestan 1000 euros y que hay personas que los adoptan, para cuidarlos como si fueran sus hijos.

Hasta que no vi el anunció de un reportaje en televisión, sobre este tema y sus fans, no recordé lo desagradable que fue la sensación que tuve cuando cogí en brazos uno de estos muñecos.
Si, he cogido uno en brazos. Un sábado andaba yo paseando por el centro de mi ciudad cuando entré en una tienda de casa de muñecas (me fascinan las miniaturas) en la tienda había una señora enseñándole a otra un bebe de estos. Como vio que yo miraba bastante curiosa, más bien estaba flipando en colores. Me lo dio para que lo cogiera...  madre mía... era igual que un bebe, si si pero igual que un bebe muerto... que horrrrible!
Se lo devolví rápido intentando que no se me notara el horror en la cara.
Por suerte lo había olvidado, hasta que como os decía vi el anuncío.
Con lo que vi en el ya pasé suficiente vergüenza ajena, como para verlo entero... con aquella señora paseando a su muñeco con carrito y todo por la calle y las abuelas del pueblo alucinando al ver que la señora estaba paseando un muñeco como si fuera su hijo,la cara era de la abuela mirando de reojillo al cámara, era una mezcla entre "esto es una broma no??" y esta señora está loca del toto no¿¿??

Al día siguiente, estaba almorzando con mi madre tranquilamente y me suelta:

-Viste el reportaje de los muñecos que son como bebes?
  - No, no no que horror...
- Que vaaaaa?? si son preciooooosos yo quiero unoooooo!!

Casi me atraganto.

Esta mujer se me ha vuelto loca de repente? vale que viva sola, vale que se que tiene la pobre sus traumillas, pero a mi lo del muñeco este me parece demencial...

Claramente debería acompañarla a buscar un gatito a la protectora. porque  aunque muchos digan  que es de solterona loca... a mi me parece mucho mejor cuidar un ser vivo y que aun cacho de plástico diabólico.

Parece que todavía no estoy loca del todo espero que si algún día me da por querer un bebe de mentira alguien me haga ver que he perdido el norte .